jueves, 7 de diciembre de 2017

El Chico Que Vive En Un Carnaval

¿Por dónde comenzar a explicar quién es El Chico Que Vive En un Carnaval?
Quizá por su nacimiento o quizá nunca nació, si existe un dios o deidad que personifique los nervios ese es él;
el demonio de Tasmania comparado con él parece que se ha tomado veinte valerianas,
arrasa por donde pisa como Atila y todo es un caos.

Puede que haya nacido en septiembre pero por sus venas corre
el compás 3x4,
la alegría del carnaval,
el alma de un letrista,
el sentimiento de una murga,
la admiración por las grandes chirigotas,
pasear por Cái, cuna del carnaval español,
sentir el abrazo de Caleta y su embrujo sobrenatural
y contemplar la magnificencia del Gran Teatro Falla.

Te puede estar hablando de murgas hasta los confines del tiempo y enviarte enlaces de actuaciones hasta saturar la memoria del móvil
y de tus oídos.
¡Pero cuidado!, porque si le quitas las murgas y el carnaval estarás arrancándole una parte importante de su ser.

Y tiene un novio que a veces se comporta como un imbécil.
Le llama casi todos los días,
le dice palabras bonitas
y le gusta embelesarse con su cuerpo amorfo cuando hay personas mejor físicamente lucibles
pero él prefiere al idiota de su novio.
No habrá regalado flores ni una pero llenó de primaveras este invierno y sólo con su presencia ya es feliz para el resto de la vida pero le invade la nostalgia cuando se separan hasta el siguiente encuentro.

¿Y qué recibe a cambio El Chico Que Vive En un Carnaval?
Una persona que no se comporta a la altura.
Que a veces tropieza y el temblor de la caída hace que los cimientos de la confianza y el amor se resquebrajen un poco.

Pero las cosas que hace nunca son con mala intención.
Él valora los detalles que tiene, sabe que no encontrará a nadie igual ni en ningún tiempo ni espacio, sabe que debe cambiar en muchos aspectos porque
la idea de perderle ya le atormenta cada noche y más aún si
El Chico Que Vive En un Carnaval se irá como tantos otros jóvenes en busca del trabajo que en su país no hay.

Pero esta cadena de caracteres es un diminuto ejemplo de lo que es la realidad,
palabras que carecen de valor si no se aderezan con hechos.
Y si me permites ahora pasaré a escribir en primera persona porque
necesito que me cante al oído su mundo carnavalesco,
oír su voz cuando tiene un rato para llamarme,
vivir en su desordenada vida y
llenarle de momentos con más dulces que limones porque
 y aunque no te lo diga mucho,
este idiota
te quiere.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Forelstek

Los gloriosos días de agosto se precipitaban a la sima de su ocaso
y los últimos rayos posaron en tierra trayéndote consigo.
Hijo del sol te consideré,
tu tez morena así lo demostraba
y con tu voz que el alma me templaba
en mi vida, por primera vez, me enamoré.
Salir a la calle se convertía en un musical;
dejabas una estela de notas al caminar
y envolviéndome con tu aura gris,
nos aislabas de las estáticas personas que nos observaban con envidia vil.
Las noches al raso se convertían en un juego de cartas:
diez sotas de ósculos
que subía a caballo por mi cuello
se disputaban por ser el rey de mis sueños.
Aquel día estival
acepté ser tu alma gemela.
Si tan joviales estábamos, ¿qué podría salir mal?

lunes, 27 de junio de 2016

Hablemos de política

Quiero instalar una valla fronteriza en torno a ti,
adornarla con luces centelleantes para ahuyentar las tinieblas que pretendan asaltarte.
Quiero aplicar la Ley Mordaza a todos tus fantasmas,
desahuciarlos de tus pensamientos,
deportarlos a la inexistencia.
Recortaron tu corazón hasta hacerlo escombros,
lo gobernaron e impusieron el terror como bandera.
Lo cercaron con espinosas dudas,
con el paralizante miedo recorriendo tus venas,
te dejaron marcado de odio, rencor y pesadillas.
Pero no has de temer.
Ahora que te conozco y sé cómo eres quiero ayudarte.
Demostrarte que no soy como los demás, que puedes confiar en mí.
No pongas trabas a los sentimientos,
tienes que dejar que fluyan,
no tiene sentido quedarlos estancados,
dale otra oportunidad al amor.
Has demostrado más que ningún otro un especial interés por mí.
En pocos días has conquistado territorios antes yermos,
cultivando sonrisas y felicidad.
Y yo quiero sembrar de claveles tu camino.
Mantener una relación progresista abogando por un amor libre.
Celebrar mítines en tu cama hasta dormirnos
y si por mí fuera despertar todas las mañanas,
contigo,
como almohada.
Que la única oscuridad que veas sea del antifaz que te ponga a la hora de follarte,
ponerte una  mordaza (de bola) para que de este modo no hables más y marcarte la piel a mordiscos.
No quiero pensar a la larga porque prefiero disfrutar del ahora.
Y es ahora que estoy cómodo contigo, alegre, vivo.
Porque lo merecemos y debemos decir sí al cambio,
sí a nosotros.
Estoy plenamente seguro de lo que deseo y aunque estas palabras se te antojen extrañas yo te las digo y las veces que haga falta.
Ya que te conozco un poco más he visto la parte buena en ti.
Abrazaré tu luz y más si cabe tu oscuridad.
Buscaré por los negros pasillos de tu ser en busca de tímidas luces para que alumbren la verdadera persona que eres.
Por intentarlo...